Era verano del 86, aun recuerdo mis dias en aquella habitacion donde mis dias pasaban como la noticias de la estacion de radio.
La miseria me consumia dia tras dia, las noches eran silenciosas casi podia escuchar el latido de mi corazón y en las mañanas me despertaba el sonido del tráfico que se formaba al frente de mi cuarto, esto interrumpia el poco sueño que tenía por las largas noches de insomnio.
Por aquellos años el color de mi cuarto era amarillo, un color que atrae la fortuna segun la cultura navideña pero para mi representaba lo neutro de mi vida. No esperaba nada, mi rutina era la misma sin tantos cambios las grandes desisciones que se deben tomar segun lo dicta la sociedad las aplazaba, esperaba a último momento para pedir ayuda y parecia que todo se alineaba pues salia de una y otra.
Solía salir de mi cuarto de vez en cuando para buscar dinero o pagar préstamos atrasados, por esos días era común las largas colas para conseguir comida, cada día el dinero desaparecía o perdía valor, caminaba sin rumbo.. apenas cruce el parque san Martin pues la muchedumbre se juntaba para una marcha al Congreso y al Palacio de la Nación..
Deje esa multitud y llegue a la plaza mayor apenas pase la valla formada por la policía para restringir el ingreso de los machistas que exigían cambios profundos en el modelo económico que dia a día undia más a más a la Nación. Yo esta alejado de toda protesta aceptaba con resignación el momento y el lugar donde vivía no solía quejarme como muchos lo hacían, era paciente; pues si bien sabia que pronto las cosas cambiarían no me esforzaba para que ese dia llegara .
Pero ese dia llego, la vi cruzar al llegar a la Alameda chabuca Granda, llevaba un vestido amarillo esos de la pelicula Jhon Travolta que por aquellos años ya casi no se usaba y su blusa rosa iluminaba su hermosa cabellera sus ojos claros capturaron mi atención, caminaba muy deprisa parecia estar tarde para una reunión llegue a esa conclusión pues llevaba consigo un folder que apretaba muy fuerte, esto parecerá raro, extraño y hasta enfermizo pero la segui, doble camino nuevamente hacia el centro la vi caminar por aquellas calles estrechas y peligrosas, en mi mente le decía que no entre hacia la plaza San Martín pues se olía la.bulla de la turba que intentaba cruzar a la plaza mayor, la señorita de vestido amarillo llego a colmena y volvió hacia la calle Puno, yo mantenia mi distancia de 5 metros para que no se sintiera presencia extraña, en su caminar demore su fragilidad y fineza aunque su miraba era calmada sentaba preocupación al tropezar con una piedra en la vereda no pude ver a que lugar se había perdido estaba entre la colmena y Puno y la chica se haba perdido, quede vacio no sabia que hacer mi vista la buscaba intentando verla almenos por última vez.. camine hasta la esquina cuando un auto cruzaba a toda prisa e ingresaba al ministerio del Interior, al ver abrir el ingreso pude ver a lo lejos la silueta de la chica de vestido amarillo que hacía cola que llegaba a la esquina, no perdi tiempo y hice lo mismo al entrar al lugar.